En esta ocasión nos desplazamos al Valle de Iruelas para
disfrutar y dar pedales en uno de los últimos días, sino el último, tan calurosos que hemos tenido hasta la fecha.
Tras el choque de manos en el Recinto Ferial y alguno confundiendo el Castañar con las castañas que
el se coge… , iniciamos el trayecto
José, Josean, Javi, Piston, Jorge, Raúl y Victor.
Aparcamos en el parking de tierra de El Tiemblo, habilitado
en esta época otoñal, donde Javi ya empezó a dar saltitos por las primeras
rocas que vió, y tras estirar un poco el resto, empezamos la ruta con el primer
objetivo del día en mente, subir los 16 km que nos separaban de "Cabeza de la
Parra", pico más alto de zona con 1.639m.
Tras dar media, pasamos de nuevo por el collado para dirigirnos al Cerro de la Encinilla (1.597m) donde algún que otro Buitre Negro nos vió empujar la bici por la imposible subida de piedras sueltas. Estas piedras no nos abandonan en la siguiente bajada, bastante difícil, camino de “El Pozo de las Nieves”, donde Jorge tuvo el “tortazo” del día bajando a gran velocidad y que por suerte quedo en chapa y pintura.
Nos detuvimos en el tercer objetico del día: el” Pozo de las Nieves” uno de los referentes de la zona y donde confluyen muchos senderistas y ciclistas. Se trata de una construcción rehabilitada de la época musulmana, y consistente en una excavación hecha en el suelo de unos diez- doce metros de profundidad por seis metros de ancho, cuya finalidad era almacenar la nieve del invierno para consumirla durante el verano. Aprovechamos para comer para afrontar el tercer objetivo del día, el Castañar del Tiemblo.
Nos dirigimos por un bajada rápida, muy divertida con algo de piedra suelta hacia el castañar, que nos lleva en poco tiempo al arroyo de la Garganta de la Yedra , el cual cruzamos por el puente de madera . Aquí disfrutamos de la maravilla del bosque sombrío, húmedo y lleno de grandes árboles. La lluvia de hojas hace el paso muy bucólico hacia el” El Abuelo”, castaño de más de 500 años!
Y en resumen… cualquier época del año es buena visitar el
bosque, pero hay que reconocer que es en otoño cuando despliega toda su fuerza,
especialmente por el contraste cromático del castaños con los robles y pinos de
fondo. Ruta con gran desnivel, pendiente
constante pero con algún que otro punto donde te puede hacer bajar de la
bicicleta.. Lo mejor de la ruta, como siempre, la compañía y lo contentos que estábamos
todos, endureros y rodadores, al terminar. Mención especial a José que disfrutó
como un niño chico y que esta haciendo un esfuerzo enorme para ponerse en forma. Grande BIKEGRIÑON!
Todas las fotos en: GOOGLE+
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